Un carrusel emocional de Bunbury y Los Santos Inocentes en el Luna Park

PH: Walter Macchi

En una noche perfecta, en la que no hacía frío ni calor y el diluvio torrencial del viernes se había detenido, el Luna Park estaba listo para recibir a Enrique Bunbury y Los Santos Inocentes en la segunda fecha del Mutaciones Tour 2016 y la segunda vuelta del carrusel para los argentinos. 

Abiertas las puertas a las 7 de la tarde, el entusiasmo de la gente ya se hacía escuchar, y pasados 10 minutos de las 9 de la noche Enrique y Los Santos se hicieron presentes en el escenario para dar inicio a un show tan esperado por el público como por ellos mismos.

Habiendo sido la lista de temas igual a la del concierto de Córdoba, voy a centrar mi relato en las particularidades por demás bonitas de la presentación de anoche en el Luna Park, un estadio que ya es "su casa" en esta ciudad.

PH: Walter Macchi

Uno de los momentos más festejados fue la interpretación de "El Camino del Exceso", tras la cual el público extasiado se unió al grito de "Héroes", que se sintió no como una expresión de melancolía, sino como un reconocimiento más que emotivo a aquella etapa de la carrera del cantante. Desde cualquier rincón del estadio se podía sentir la fascinación del público, no sólo por la canción en sí misma, sino también por la sorpresa que muchos se llevaron con la interpretación sublime de Jordi Mena, que se ganó un gran protagonismo en ese momento y, por cierto, a lo largo de todo el show. "¿Les gustó?", preguntó Enrique apenas terminada la canción. Podrán imaginar la respuesta.  

Siendo la capacidad del Luna Park considerablemente superior a la de Plaza de La Música (para quienes no tuvieron oportunidad de estar ahí, el lugar es asimilable al Teatro de Flores en Buenos Aires), uno podría imaginarse que tanto el artista como el público se sentirían más distantes. Sin embargo, los gritos ensordecedores de las miles de voces que cantaban a la par de Enrique hicieron que nos sintiéramos igual o más cerca de la banda. Y él mismo pareciera que quería ser parte de este público, al punto tal que durante las interpretaciones de Avalancha y Maldito Duende se acercó a los costados del escenario a cantar con su gente, extendiéndoles el micrófono y estrechando sus manos.

PH: Walter Macchi

Una particularidad propia de la fecha (2 de abril) fue el cantito del público tras la interpretación de "El Extranjero". "El que no salta es un inglés", se escuchaba, algo quizás fuera de lugar para el show y para la canción, pero que demostró que a 34 años de la guerra, la herida de Malvinas "no llegó a cicatrizar". Fue un momento extraño pero que demuestra que en cualquier espacio en el que estemos no vamos a dejar de repudiar esa etapa irracional y nefasta de nuestra historia, y que buscamos de alguna forma generar un espacio para rendir homenaje a los caídos y veteranos de guerra, sea donde sea.

Volviendo al show en sí mismo, en canciones como "El Extranjero", "Infinito", "Despierta" y "Lady Blue", llegaba un momento en que, aún estando adelante de todo se escuchaba más alto el canto ensordecedor de la gente que al propio Enrique. Se vivía una euforia difícil de poner en palabras.

PH: Walter Macchi

Al igual que en Córdoba, otro de los momentos más destacados llegó tras las palabras de Enrique, "vamos a nadar mar adentro", seguidas de la interpretación de, justamente, "Mar Adentro" y "Maldito Duende", las más festejadas, acompañadas de la cámara de Jose Girl que se paseaba por delante de las vallas inmortalizando el momento.

Tras el primer encore, Enrique regresó al escenario con una emoción imposible de disimular, y con cierta "dificultad" para poner en palabras las emociones que él mismo estaba viviendo, miró al público y dijo: "Esto es... una especie de carrusel emocional... Tocar canciones de distintas etapas de mi carrera y de mi vida y tener esta respuesta de ustedes."

Fue entonces que tocaron "Más Alto Que Nosotros Sólo El Cielo" y "El Rescate", como introducción al mejor momento del show. "A ver si nos pueden ayudar prendiendo sus celulares y cámaras, así podemos verlos a todos ustedes", dijo Enrique, y con un Luna Park totalmente iluminado por los espectadores llegó "La Chispa Adecuada". ¿Qué decir al respecto? Lo mismo que en Córdoba: "las palabras no sirven para nada" en este caso.

Luego de un segundo encore, reaparecieron en escena y ante la pregunta de Enrique, "¿ya están cansados?", a la que claramente nuestra respuesta era un "no queremos que esto termine nunca", siguieron "Los Habitantes", "De Todo El Mundo", y para terminar "... Y Al Final". 

Arrodillado ante su gente, Enrique dijo: "No se olviden de nosotros", sinceramente emocionado, contento como se lo notó desde el primer minuto del concierto, que fue una de sus mejores presentaciones (o quizás la mejor) en Buenos Aires en muchos años.

Apreciación personal sobre este paso por Argentina:

PH: Walter Macchi

Hasta el último momento del show del Luna Park me costó mucho decidir cuál de las dos presentaciones me había gustado más. En Córdoba éramos muchos menos espectadores y esa sensación de mayor cercanía con los músicos hace del show algo bien bonito y emotivo, quizás más íntimo. Pero en Buenos Aires, Enrique mismo se encargó desde el escenario de hacernos sentir que estaba tocando particularmente para todos y cada uno de nosotros individualmente y la cercanía con la gente se vivió casi igual. 

Personalmente, también es verdad que si bien disfruto mucho la aventura de viajar e ir a verlos a distintos rincones del país, Buenos Aires es mi lugar en el mundo y verlos acá siempre tiene algo especial, más aún en el Luna Park, que es definitivamente "su lugar". 

PH: Walter Macchi

Me terminé de convencer de que el Luna fue mi favorito de ambos shows sobre el final, cuando con Enrique ya habiéndose despedido y abandonado el escenario, empecé a escuchar el reconocimiento del público a "los chicos". Empezó bajito y se fue multiplicando por el campo el "¡Olé, olé, olé... Santos, Santos!"

Ese comportamiento es el que corresponde y el que merecen Jordi Mena, Álvaro Suite, Robert Castellanos, Ramón Gacías, Jorge Rebenaque y Quino Béjar. Sin ellos, Enrique no estaría dándonos este presente que tanto disfrutamos y afortunadamente el público dio una respuesta de reconocimiento perfecta, tras un show que alcanzó y superó las expectativas. Al ir saliendo del estadio podían escucharse los comentarios de satisfacción plena, de felicidad: una vez más, nos dieron todo lo que tenían para dar.

Así vivimos el paso de Enrique y Los Santos Inocentes por Argentina, en el inicio del Mutaciones Tour 2016. Les deseamos lo mejor a todos los que tengan el inmenso placer de ser parte de esta gira en las próximas fechas y ya saben: siempre apuesten por el rock 'n' roll.  

Publicado por Celeste Parrella