Al Queen se presentó en Makena el 17 de septiembre y transformó la
noche porteña en una fiesta.
Pasada más de media hora de la 1 de la madrugada, la gente
seguía entrando al local de Palermo para ver a Ari, Fer, Alky y Alvear, que
arrancaban a tocar, con una convocatoria más que destacable teniendo en
cuenta el horario y el día entre semana.
No es fácil poner en palabras
aquello con lo que uno se topa en un show de Al Queen. Tras haber participado del ensayo la semana pasada, si hay algo que sabíamos seguro era que iban a sonar
bien, y efectivamente lo hicieron. También la imagen, como era de esperarse, fue
protagonista de la noche: los Al Queen tienen una estética impecable, impactante
y única.
La energía que proyectan en el
escenario, acompañada del carisma de un frontman como Ariel que acapara la
escena y sabe llevar al público, se transmite inmediatamente a la gente, y
transforma al lugar en una fiesta desde la primera canción: algunos sacuden las
cabezas, otros bailan, y muchos ya cantan
sus temas, algo que es para destacar, teniendo en cuenta que los chicos tocan
una lista compuesta por casi todos temas propios. En la mitad del show, y por
única vez, se filtra un fragmento de Sympathy For The Devil de los Stones; el
resto es todo Al Queen.
Sobre el escenario la banda demuestra
personalidad y actitud durante todo el show. Van al frente con una propuesta
innovadora, con letras y estética por demás sugestivas, con las que logran
captar la atención de todo el que está en el lugar. Es un show divertido, donde
probablemente quienes los ven en vivo por primera vez no pueden imaginar cuál
va a ser el límite.
También se nota que son una banda
sincera, que hacen lo que les gusta, cantan lo que quieren, y disfrutan cada
segundo en el escenario. Se los ve enérgicos y pasionales, y es interesante
destacarlo porque lo que se ve en el escenario es lo mismo que se percibe
cuando se conversa con ellos. Lo que presentan en los shows no es una
actuación: son lo que se ve.
Con un muy buen sonido, rockero y
moderno a la vez, sus melodías pegajosas, y ofreciendo un muy buen show de
luces también, la banda demuestra que les sobra profesionalismo, y el talento también
va de la mano. Queda evidenciado que no tienen temores de experimentar nuevas
propuestas y enfrentarse al “¿qué dirán?”.
Al verlos en vivo queda esa
sensación de que se llevan todo por delante, porque siempre se puede ir más
allá. Queda esa imagen de estar viendo y escuchando algo nuevo, distinto, y que
se destaca por simplemente ser ellos mismos, únicos. Si alguna vez se pensó que en el
rock ya no existían las posibilidades de innovar, Al Queen está en escena para
asegurar lo contrario.
Publicado por Celeste Parrella
Con la colaboración de Macarena Varela
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