Hace 4 décadas, tres años y tres meses fue el lanzamiento de "The Dark Side Of The Moon", uno de los trabajos más importantes y consagrados de la una de las bandas más legendarias en la historia de la música. No es casualidad que haya muchos grupos que se dediquen a rendirle tributo a Pink Floyd y que sean excelentes en eso, como el caso de Ecos de Pink Floyd, cuyo espectáculo audiovisual se basa en este disco.
La banda compuesta por Fernando
Penas en bajo y voz, Pablo Tommasi guitarra y voz, Martín Sciaccaluga, guitarra
y coros, Matías Dapena teclados y programación, Jonatán Pinhas ,guitarra, Ariel
Gómez, teclados, Gastón Álvarez batería, Sofía Canedo en coros, Mercedes Manghi
coros y Daiana Basile; se presentaron este domingo en el Planetario de la Ciudad de Buenos Aires, con entradas ya agotadas para una serie de conciertos que seguirá hasta el 10 de junio.
“Estamos doblemente
felices. La verdad que estar otro año, para nosotros es un sueño hecho realidad
dos veces, así que estamos muy contentos”, transmite Gastón Álvarez con una
mirada que denota mucho orgullo.
La idea del
homenaje nació de un grupo de amigos que compartían el fanatismo y admiración por
Pink Floyd. Y es la gran fidelidad sonora que tienen con Floyd, más una gran
calidad de imágenes alusivas a la época de los británicos, que los llevaron a poner
el pie en Av. Sarmiento y B. Roldán. “Esto surgió de un grupo de amigos, de
afinidad, haciendo una actividad que amamos todos que es la música, muchos de
nosotros vivimos de esto, otros de esto y otras actividades, porque a veces en
Argentina vivir solo del arte es medio complicado pero la verdad es que estamos
felices de haber llegado a este lugar”.
El show de este año arrancó con temazos
como Shine On You Crazy Diamond, continuo con Time, Money, Us And Them, y siguió
fiel a su estilo del año pasado, con las grandes proyecciones que bailan en el
firmamento del Planetario, que hacen que la gente vuele, que viaje, que evoque
lo grandilocuente de la banda.
Este año el cierre vino de la mano de Confortably Numb, donde se proyectó la imagen del cerdo de otro gran disco como Animals, hizo que muchos nos quedáramos con ganas de más. El que lo vive no lo puede poner en palabras. “Prefiero no contar, prefiero que la gente lo viva, que ellos nos digan qué les pareció. 20 personas te lo cuentan de maneras distintas, es muy personal. Por lo general la gente sale bastante emocionada y contenta con el espectáculo.”
Este año el cierre vino de la mano de Confortably Numb, donde se proyectó la imagen del cerdo de otro gran disco como Animals, hizo que muchos nos quedáramos con ganas de más. El que lo vive no lo puede poner en palabras. “Prefiero no contar, prefiero que la gente lo viva, que ellos nos digan qué les pareció. 20 personas te lo cuentan de maneras distintas, es muy personal. Por lo general la gente sale bastante emocionada y contenta con el espectáculo.”
Cuando las cosas se hacen con pasión, con ese sano fanatismo, se nota. Ese es el caso de Ecos, que por segunda vez consecutiva, transmiten el amor a Floyd en cada sonido, en cada imagen; todos momentos que erizan la piel del público.
“Enfermos de la cabeza, amantes de Pink
Floyd, del inicio de Pink Floyd, de las cosas viejas. Todavía hoy, en algunos
lugares, nos piden temas del ‘69, ‘70, ‘71. Hacemos de hecho un tema
actualmente que dura veinte minutos, Echoes, un poco
también porque es representativos para nosotros por el nombre. La locura del
fanatismo que se volcó de alguna manera a cada vez pulir más los detalles para
tratar de hacer realmente un homenaje, un tributo, y no decir 'bueno, hagamos
un cover'. Acá la filosofía nuestra siempre es 'Hagamos cada sonido'. Hay mucha
inversión en instrumentos porque tenés que comprar cosas que emulan los sonidos
del ’70, de fin de los ’60 y no es fácil hacer eso. Un montón de cosas que hay
que trabajar para lograr el sonido Pink Floyd y por eso es que somos once en
escena.”
Como el año pasado, esta banda logró que uno sienta lo que ellos sienten por casi dos horas. Uno se acomoda en una butaca, mira el techo, ve las imágenes y escucha la música que hacen estos chicos, que hace que uno viaje a la década de los 70, se siente ahí, quiere volver otra vez, y se vuelve a casa a escuchar a Pink Floyd. Este homenaje es la demostración de que hay tributos, hay celebraciones que se plasman de la mejor manera posible, así se los siente y así se los vive a ellos.
Las entradas para el espectáculo que forma parte del ciclo "Música bajo las estrellas" se pueden adquirir a través de MiEntrada.
Las entradas para el espectáculo que forma parte del ciclo "Música bajo las estrellas" se pueden adquirir a través de MiEntrada.
Publicado por Constanza Iglesias
Con la colaboración de Macarena Varela
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