La Gaceta / Martín Soto |
The Kooks cerró su cuarta visita a la Argentina como uno de
los platos fuertes de la nueva edición del Personal Fest 2016.
En entrevistas previas al gran cierre del festival, Luke
Pritchard confesó que se sintieron “locales” desde la primera vez que tocaron
en Argentina, allá por el 2009, en La Trastienda, el lugar había quedado chico,
y luego cuando llenaron el Luna Park en 2012.
Parece que el sentimiento es mutuo, porque el año pasado volvieron para
presentarse en el Lollapalooza ante una multitud, y también brindaron un show
íntimo en La Rural. Este año no fue la excepción. Tras tocar el viernes 21 en
Niceto, como parte del sideshow del Personal Fest, el domingo 23 fue el broche
de oro para los británicos, quienes prometieron volver el año que viene con
material nuevo.
Minutos después de las 20.30, el cuarteto
apareció en el escenario Huawei para deleitar con su indie rock a la multitud
de fanáticos, jóvenes en su mayoría, quienes corearon y saltaron al ritmo de
cada tema. Con un set variado que incluyó clásicos como Taking Pictures Of You,
y nuevos hits como Around Town y Westside, la banda hizo un repaso por lo mejor
de su discografía. Ooh La, She moves in her own way, Bad habit, Always Where I
Need To Be y Forgive & forget fueron algunos de los más entonados por el público,
que sigue fiel a la banda en cada uno de sus regresos.
Entre temas, Luke agradeció el afecto de los fanáticos y se
animó a decir algunas palabras en español para ganarse aún más su cariño.
"Hola", "dulce de leche" y "fuego", soltó además de “Gracias” cada vez que el público coreaba “Olé, olé,
olé, The Kooks”.
Tanto es el cariño y la cercanía entre la banda y sus
seguidores que antes de que Luke se parara en el medio del escenario con la
guitarra acústica para tocar Seaside, el público comenzó a pedir por Rosie, uno
de los clásicos más queridos por los fanáticos, y el frontman intentó complacer
a su audiencia, aunque se detuvo y confesó que ya no se acuerda algunas viejas
canciones. El set acústico continuó con See the sun y Tick of
time.
Durante casi dos horas de show, hubo tiempo para todo.
Incluso para aclamar a Alexis Núñez quien saludó desde la batería, o presenciar
la pequeña discusión entre el bajista Peter Denton y Pritchard, en medio del escenario, cuando no
se ponían de acuerdo sobre una nota. “Diez malditos años” bromeó Luke ante la
audiencia antes de proseguir con el espectáculo, y los teclados y la guitarra
de Hugh Harris, volvieron a sonar para darle ritmo a la noche del domingo.
Luego de un descanso, el cuarteto regresó a escena para el
cierre. El público se sumó con mayor fuerza para corear Junk of the heart
(Happy) y Naive. Dos de los clásicos más esperados por los seguidores. Chicas
subidas a los hombros, brazos extendidos en el aire, pulseras con luces que
regalaban en la entrada del festival, un coro de voces y mucha alegría del público juvenil para
reafirmar que The Kooks en Argentina juegan de locales.
Publicado por Macarena Varela
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